OBSOLESCENCIA PROGRAMADA:
Vemos la obsolescencia programada como una práctica comercial cada día más habitual en las empresas, siendo utilizada para mantener el nivel de ventas constantes de dichas empresas. Pero sí es cierto que también existen empresas que no usan esta práctica y optan por un producto duradero.
Gran parte de los productos que compramos en la actualidad están hechos para que dejen de funcionar pasado un determinado tiempo. De esta forma los fabricantes obligan al consumidor a comprar un producto nuevo y ellos incrementan sus ingresos y, por tanto, sus beneficios.
Es cierto que para las empresas la obsolescencia programada es beneficiosa porque sus ventas son más constantes aunque yo creo que si en vez de hacer un producto con una vida programada y tener más ventas, optaran por un producto más duradero la empresa podría conseguir cierto prestigio y poder así poner un precio mayor a sus productos.
También es cierto que la obsolescencia programada es diferente para unos productos y otros. Por ejemplo, si compramos un frigorífico pretendemos que nos dure el mayor tiempo posible pero si compramos un móvil, en principio, no queremos que dure mucho tiempo ya que lo más habitual es que compremos uno nuevo en un periodo de tiempo relativamente corto.
En definitiva, se puede decir que con la obsolescencia programada no se aprovechan al máximo los recursos disponibles y, por lo tanto, se produce un derroche de recursos.
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