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martes, 21 de abril de 2020

BIG DATA Y EL TURISMO EN ESPAÑA EN TIEMPOS DEL COVID 19



La actual pandemia del Covid 19 que está azotando a todo el mundo, está castigando al sector turístico español de una manera inimaginable hasta ahora. La locomotora económica principal del segundo país más visitado el mundo, en pleno confinamiento de la población y con la incertidumbre de movilidad generada, no va a poder superar, por octavo año consecutivo, su récord de turistas.


Si el sector turístico aportó un 14% del PIB, con un total de 189.000 millones de euros en 2019, generando casi 3 millones de empleos directos, tras las pérdidas del periodo vacacional de Semana Santa y Semana de Pascua, las fiestas patronales de esta primavera y el verano venidero, los efectos en términos económicos y de empleo van a ser brutales.


Y ¿qué tendría que hacer el gobierno además de preparar diversos paquetes de medidas para ayudar a este sector?


La cuestión no es nada fácil. Puesto que los 83,7 millones de visitantes extranjeros que recibimos en 2019 no vendrán en el presente año, el gobierno tiene que usar el Big Data para favorecer e impulsar, con vistas al futuro, al turismo nacional. Homogeneizando y aprovechando la información almacenada en múltiples servidores en un único punto, una nube pública, que procese los datos y los use de un modo eficaz y manejable, con el fin de proporcionar al turismo nacional, el acceso a una herramienta que les ofrezca ventajas atractivas para conocer y disfrutar del valioso patrimonio nacional.



Los datos recogidos y analizados en los diferentes pueblos o ciudades, han de servir como materia prima para el diseño de un turismo “Marca España” que cuide de sus visitantes,  que optimice el tiempo vacacional, atendiendo a las problemáticas en ámbitos concretos, identificando las fuentes de información y los indicadores clave que permitan solucionarlas: como los costes asociados por ejemplo al transporte, a las dificultades para visitar monumentos o la posibilidad de utilizar una movilidad sostenible.


Playa de Tengandín (Noja)



En unos tiempos en los que las nuevas tecnologías nos aportan tanta información, las administraciones públicas tienen que ofrecer al cliente, al potencial turista, experiencias únicas, rápidas, personalizadas a medida de los usuarios y competitivas.



No se trata de que controlen nuestra movilidad o de que se sospeche de la vulneración de nuestro derecho a la intimidad (que ya cuida la Agencia Española de Protección de Datos), se trata que la administración pública trabaje de forma efectiva para el cuidado de su primera empresa, de sus necesidades actuales y futuras. Una inversión garantizada, tanto a nivel económico como a nivel social, que beneficiará todos los ciudadanos y cuyo impacto en términos de retorno de la inversión compensará el esfuerzo apostado.


Jon Alonso


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