Vivimos en una sociedad tecnológica que nos
bombardea con cantidad de información a todas horas. Los datos que se almacenan
en la nube suponen un “tesoro” para las empresas privadas y públicas.
La tecnología está al alcance de la mano, de un
botón, de una app, de nuestra propia voz ordenando a Siri o a Alexa. Cada vez
que activamos la localización nuestros datos estamos transmitiendo información
y siempre que de damos a un “me gusta” en las redes sociales, nuestros
intereses son compartidos y almacenados.
Las propias tarjetas de crédito, o las tarjetas de
fidelización que nos dan puntos o dinero gratuitamente transfieren datos sobre
gustos, hábitos de consumo y movilidad.
Pero, ¿estas tarjetas de crédito o esa aplicación
que descargamos es realmente gratuita?
La respuesta es no. Nos están pagando con datos que
proporcionamos, nuestros detalles personales, que previamente hemos aceptado
para que ellos los pueden usar bajo el paraguas de la confidencialidad. De este
modo, esas empresas, públicas o privadas, tienen la oportunidad de definir y
optimizar sus estrategias para aumentar sus ventas.
Estas empresas intentan buscar la ventaja
analítica, adelantándose a sus competidores para ser más eficaces y conseguir
mejores resultados con el análisis de los datos de sus potenciales clientes.
Incluso existen páginas en internet que pagan por hacer encuestas y dar
absolutamente todos los datos que te piden.
Gastan gran cantidad de recursos económicos para
adquirir hardware de alto rendimiento y software integrado, para aprovechar el
auge tecnológico con el fin de almacenar y automatizar los datos a un menor
coste. Incluso hay algunas cuya labor primordial es vender todo este tipo de
información.
¿Y a nosotros?
¿Quién nos prepara para protegernos?
A todos nos preocupa la privacidad, pero realmente
nadie nos ha preparado para hacerlo. Y normalmente no recurrimos si vemos que
una empresa de publicidad ha incumplido con esta normativa, bombardeándonos a
spams sin respetar nuestros derechos. Habitualmente boqueamos o ponemos en
correo no deseado y ya está.
Existe una agencia pública que es la autoridad encargada
velar por el cumplimiento de esta normativa sobre la seguridad de los datos
privados: La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
Lo cierto es que hoy en día los centros
universitarios están adaptando sus programas a los nuevos modelos de aprendizaje
en Big Data, puesto que en el ámbito laboral es cada vez más demandado.
Pero en los centros de enseñanza la preocupación de
las asociaciones de madres y padres de alumnos se centra en otras actividades.
El profesorado se limita a dar unas pautas en el aula para no entrar en ciertas
páginas o a no aceptar el envío de notificaciones de las mismas. Se pide el
consentimiento de las familias para el tratamiento de los datos, pero no se
prepara a los alumnos para proteger activamente su derecho a la intimidad. Aquí
existe una laguna formativa que la administración tiene que llenar.
Los datos obtenidos a través del Informe Pisa son,
por ejemplo, aportes que han pasado de servir para evaluar las debilidades y
fortalezas de los sistemas educativos, a una liga por encabezar las mejores
puntuaciones. Dejando en un segundo plano, por la propia recogida de sus datos,
habilidades fundamentales que demandan todas las empresas actuales como el
liderazgo, el pensamiento creativo, o las habilidades y destrezas motrices.
El gobierno tiene que centralizar y usar todas
estas informaciones de forma eficaz para mejorar el sistema educativo, ¡eso
está claro! Los propios centros tienen que aprovechar los conocimientos Big Data para llegar a una educación más eficaz centrada en el alumno particular; es decir, llegar a la enseñanza personalizada, que aproveche las potencialidades y talentos de cada alumno. Pero también, y es el objetivo
de este artículo, tiene que transmitir a los estudiantes, incluyendo en el
currículo académico de los mismos, la capacitación adecuada para defenderse de
esta transferencia abusiva de todo tipo de información a terceros.
Jon Alonso
Es un post de lo mas interesante y esta explicado de forma clara. Muy buen blog.
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