Para la gran mayoría de la población las impresoras 3D eran indiferentes o desconocidas, no se conocía su verdadero funcionamiento o sus mil utilidades beneficiosas para el día a día. Hasta hace unas semanas, cuando llego el COVID-19, en las que el material sanitario empezó a escasear y miles de sanitarios reclamaban tener falta de ello.
En ese momento, este tipo de fabricación parece haber registrado un inesperado “boom”. Particulares y empresas las cuales poseen esta impresora se han solidarizado con la causa y han comenzado a fabricar pantallas faciales y válvulas para respiradores.
¿Cómo es posible crear este tipo de materiales?
Ya que su función es desconocida por muchos, vamos a hacer un breve resumen de cómo funciona: la impresora 3D es capaz de crear objetos sólidos tridimensionales (como su nombre indica). El diseño del objeto se le facilita a través de un archivo digital. La fabricación tiene una característica peculiar y es que le va añadiendo sucesivas capas de material hasta que el objeto este completo, por eso mismo también se le denomina fabricación aditiva. Cada capa es una sección transversal horizontal que va conformando la estructura del modelo a reproducir.
Aquí os dejo un video en el que resume su funcionamiento y usos:
Fabricación de pantallas faciales y válvulas para respiradores
Esta opción es rápida ya que en solo 24 horas se puede crear, probar y validar y empezar a fabricarlos, es decir la fabricación del material sanitario se pude realizar en tiempo record, para así poder abastecer a todos los profesionales. Y es que se ha registrado que cada voluntario puede crear una mascara cada 3-4 horas y un respirador clínico en 2 horas y 25 minutos, teniendo un coste inferior de 1 euro.
Y es lo que muchos no saben es que las materias primas empleadas para la fabricación de estos objetos es muy reducida, además de que se necesitan pocas cantidades.
Para llevar todo esto a cabo se han creado muchas iniciativas, una de ellas llamada “Coronavirus Makers”, un grupo al que ya pertenecen mas de 14.000 personas en todo el país, y se han comprometido en crear EPIs. Estos grupos están en contacto con la Consejería de Sanidad, la que les ayuda a validar los diseños que pueden ser equipo completo o parte de este. Después de ser validadas, las piezas a fabricar son adaptadas a cada dispositivos. Una vez hecho se comienzan a crear de manera masiva y se entregan a Protección Civil, los encargados de distribuirlos a los centros.
Aqui os dejo un pequeño resumen de lo que hacen:
Al igual de voluntarios que se han sumado a esta iniciativa, hay muchas empresas también, como por ejemplo: MediaMarkt; empresas automovilísticas (Seat o Volkswagen); o empresas distribuidoras de esta tecnología y sus materiales (Sicnova 3D, Recreus, INTECH3D…).
Bibliografía:
Muy buen blog, nos ayuda a ver como las impresoras 3D nos sirven para arreglar problemas sociales graves de manera eficaz y más barata.
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